UNIDOS POR EL ESPANTO: EL PERONISMO PAUSA SU INTERNA PARA ENFRENTAR A MILEI

El deterioro de la economía y los tropiezos políticos del Gobierno aplacaron la disputa en el kirchnerismo. La movilización contra la Ley Bases unifica posiciones y propicia el reencuentro. Trastienda del acuerdo con el resto de la oposición en Diputados.

Unidad en la acción. La pelea interna en el peronismo entró en pausa en las últimas semanas. No fue por la promocionada cumbre entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof, que se postergó sin fecha. Las tensiones continúan pero pasaron a segundo plano. La evolución del proceso político que encabeza Javier Milei, con una economía real en deterioro continuo y un gobierno que sufrió una seguidilla de tropiezos en pocos días, operó como factor aglutinante. El tratamiento de la Ley Bases en el Senado sirvió la oportunidad en bandeja. El peronismo procurará cerrar filas la semana que viene y, aún con tironeos y diferencias internas, mostrar algo parecido a una postal de unidad contra el gobierno libertario.

La movilización del miércoles 12, en la que Máximo Kirchner y Kicillof podrían verse las caras después de cuatro meses, aglutina a casi todos los sectores que apoyaron la candidatura de Sergio Massa en 2023. Es el símbolo de una etapa con algo más de aire para la principal fuerza de oposición, justo cuando se cumple el primer semestre del gobierno de Milei. Después de estar a la defensiva durante meses, en las últimas semanas el peronismo mostró capacidad de articulación con el resto de la oposición, tanto en el Congreso, donde se avanzó con una reforma jubilatoria que resiste la Casa Rosada, como entre los gobiernos provinciales, con un reclamo en conjunto por los alimentos retenidos por el Ministerio de Capital Humano. “La marcha quizás no cambie lo que vaya a pasar en el Senado, pero sirve para ordenar, porque nos permite orientar la pelea hacia afuera y no hacia adentro”, dijo a Cenital un integrante de la mesa política de Kicillof. Para lograr adhesión por fuera de los sectores orgánicos y presentar la marcha como una continuidad de la protesta universitaria, los organizadores acordaron que primen las banderas argentinas y que no haya palco ni oradores. Hubo además contactos con la dirigencia estudiantil y con sectores de la Iglesia, para que se sumen o respalden la convocatoria.

“Hay una percepción colectiva de que a Milei le empezaron a entrar las críticas desde abajo. A muchos les está empezando a caer la ficha y nosotros tenemos que poder canalizar ese malestar”, dice un diputado de UP clave en el acuerdo opositor que derivó la media sanción de la reforma jubilatoria. Cada vez más involucrada en la confrontación con el Gobierno de Milei, Cristina Kirchner bajó línea para que no se hable en público de las peleas internas. “De Quilmes en adelante nos viene diciendo que solo hay que hablar del ajuste, de las tarifas y de la comida [retenida]”, cuenta un dirigente que es parte del dispositivo de la expresidenta. En el Instituto Patria interpretan que las internas también se aplacaron por el protagonismo creciente de Cristina. “Ella tiene la centralidad en la discusión con Milei y eso ordena”, dice un funcionario provincial, alineado con Máximo Kirchner. La expresidenta deja correr la idea de que podría ser candidata el año que viene y hasta que podría presidir el PJ a partir de noviembre, como contó esta semana Pablo Ibáñez.

La convocatoria central a la movilización corrió por cuenta de la CGT y la de la CTA, en una conferencia de prensa con ausencias notorias. En la sede de SMATA no estuvieron Héctor Daer (Sanidad) ni Carlos Acuña (estaciones de servicio), dos de los triunviros de la CGT. Tampoco los secretarios generales de los sindicatos con más afiliados, el sector de los “gordos” y los “independientes”. Daer y Gerardo Martínez (UOCRA) participan en estos días de la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Ginebra, Suiza, junto con Abel Furlán (UOM) y dirigentes de las dos CTA, como Hugo Godoy, Rodolfo Aguiar y Roberto Baradel. En ese foro cuestionaron duramente la Ley Bases, en particular la reforma laboral, y se juntaron para cantar a coro “la Patria no se vende”, como contó Ricardo Carpena en Infobae. Entre los que dieron la conferencia en SMATA, encabezada por el anfitrión, Ricardo Pignanelli, y por Pablo Moyano y Hugo Yasky, no hubo resquemores contra la delegación que está en Suiza. “Van a acompañar”, dijo Moyano, al finalizar la conferencia, y destacó el respaldo de la Confederación del Transporte (CATT) y de los sindicatos de la industria. Saben, en cambio, que hay dirigentes refractarios a la protesta, en negociaciones por lo bajo con el gobierno nacional, como Andrés Rodríguez (UPCN) y Armando Cavalieri (Comercio).

El nuevo escenario ayuda también a que el peronismo mantenga la cohesión interna en el Congreso, algo que no pasó en 2016, en el inicio del gobierno de Mauricio Macri. Se rompió además la lógica de la “mancha venenosa”, que le impedía a UP avanzar en diálogos con otras bancadas. En Diputados, se logró por primera vez, después del rechazo del mega DNU en el Senado, un acuerdo por la positiva con el resto de la oposición. La ofensiva llegó después de dos meses de conversaciones con los diputados de la UCR y del peronismo antikirchnerista, y de una negociación que llevó horas. A poco de empezar la sesión, no había acuerdo sobre el texto final y el debate se encaminaba al fracaso. Germán Martínez, presidente del bloque de UP, encaró a un grupo de diputados radicales en el pasillo que rodea al recinto. “No vamos a votar en general un dictamen que toque el FGS”, les advirtió a modo de ultimátum a Rodrigo De Loredo, Karina Banfi, Soledad Carrizo y Lisandro Nieri. Antes de que todo estallara, Nicolás Massot, de Hacemos Coalición Federal, se encargó de convencer a los cordobesistas de una redacción alternativa. Con el acuerdo encaminado, Itai Hagman y el secretario parlamentario de la UCR, Alejandro Cacace, trabajaron en la letra chica. “Lo de (Sandra) Pettovello nos abrió una ventana de oportunidad. Si Milei sigue averiado vamos a tener más chances de seguir ganando votaciones”, explica un miembro de la conducción del bloque de UP.

En la misma semana, el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, logró avanzar en un acuerdo con los ministros de ocho provincias para reclamarle a Petovello que les diera participación en el reparto de los alimentos retenidos. Además de los seis distritos gobernados por el peronismo, firmaron el petitorio los ministros de Misiones, del Frente Renovador de la Concordia, y de Jujuy, de la UCR. Fue también el resultado de conversaciones que llevan meses, con un chat del que participan funcionarios de 15 provincias.

Sin la centralidad de hace algunas semanas, la batalla interna en la provincia de Buenos Aires tuvo nuevos capítulos. El armado político de Kicillof generó esta vez fricciones con Sergio Massa, que había intentado mantenerse afuera de la pelea. Las tensiones casi llevan, hace diez días, al quiebre de los bloques en la Legislatura. El gobernador debió intervenir ante una advertencia del Frente Renovador, que llegó a programar una reunión de su mesa bonaerense para definir si avanzaba en la ruptura. Fue después de que concejales de San Fernando y de Roque Pérez, dos municipios gobernados por el massismo, se diferenciaran de los intendentes, en clave kicillofista. En Roque Pérez, dos ediles alineados con el exintendente Juan Carlos Gasparini, cercano al jefe de gabinete provincial, Carlos Bianco, favorecieron la designación de una dirigente del PRO al frente del Concejo Deliberante. Kicillof se reunió con el intendente, Maximiliano Sciani, la semana pasada para aplacar las tensiones: tomó distancia de la maniobra y se comprometió a ayudar al jefe comunal a recuperar el control del concejo. En San Fernando, la furia del intendente Juan Andreotti apunta contra Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda y uno de los responsables del armado del gobernador. Al massismo no le gustó nada el acto que Ferraresi encabezó el sábado pasado en San Fernando, con el concejal Javier Rovegno, de relación tirante con el intendente.

Eso no es todo. En una actividad que cerca de Kicillof leyeron en clave interna, un grupo de dirigentes alineados con el Instituto Patria, entre ellos Florencia Saintout y Rodrigo Rodríguez, convocaron para este sábado 8 de junio al tercer plenario del pensamiento nacional y popular, en Lanús, donde gobierna el camporista Julián Álvarez. “Pensar que hay doctrina sin Cristina es una equivocación enorme, además de un boomerang político, ya que los compañeros con mayor visibilidad reflejan ante todo la luz que ella emite”, dice el documento de la convocatoria, un misil para el armado propio de Kicillof. En las filas cristinistas destacaron, también como un mensaje a la interna, parte del video que publicó la expresidenta después del triunfo de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales de México. “Ella supo empoderarse de ese proyecto transformador que mejoró la condición de vida de muchísimos mexicanos con mucha convicción y sintiéndose parte de un proyecto y no desde una individualidad”, dijo. ¿Mensaje para Kicillof? Quedará para más adelante.

Cenital

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